viernes, 22 de marzo de 2013

No parece tan malo.


Se está acercando. Entonces el mundo parece ir más despacio. Siento como los segundos duran minutos. Tengo tiempo a reaccionar, tengo tiempo a cambiar por completo el transcurso de mi vida. Si no hago nada puedo morir. Pero, por primera vez en mi vida, no siento miedo a la muerte. Es más, ahora mismo estoy la deseo: un descanso de todo, no pensar, atrás mis preocupaciones, no necesitar a nadie. Me quedo quieta, cierro los ojos... Y en este momento es cuando lo escucho, el sonido que puede cambiar completamente todo o dejarlo exactamente igual. Por desgracia, o fortuna, suena un fuerte frenazo y el coche consigue parar a escasos centímetros de mí.
El conductor me mira asustado y me pide disculpas. Yo le observo tranquilamente y sigo mi camino. Dentro de mí, la rabia y el alivio luchan para que uno de ellos sea el sentimiento ganador.
Mi vida sigue igual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario